Sobre
cómo en el archipiélago canario se percibe una necesidad
de afirmación cultural como parte de Occidente, de cómo
esto ha propiciado una relación especular y contradictoria
de sus artistas con África, y de cómo esta necesidad
ha venido siendo causa de singulares paradojas, en especial, aquellas
vinculadas con el valor artístico de lo primitivo, tan
caro a las vanguardias, analizado aquí en relación
con la imagen que Europa ha elaborado
de lo exótico.